jueves, 19 de febrero de 2009

El barón Giulio Césare Andréa Evola nació en Roma el 19 de mayo de 1898. Posteriormente cambiaría su nombre a Julius debido a su admiración por el imperio romano. Falleció el 11 de junio de 1974 con 76 años, en su domicilio de Corso Vittorio Emanuele, en Roma.

Evoca fue el máximo exponente de la defensa de la llamada “tradición integral”, la cual estaría totalmente enfrentada al mundo y mentalidad modernos, y rescata valores como honor, jerarquía, espiritualismo, virilidad, heroicidad, respeto a lo sagrado, etc. Ataca duramente el espíritu Burgues, característico del mundo moderno, en cuanto éste es conformista, materialista, moralista y solo busca la vida cómoda y placentera. Frente a ello, Evola busca lo trascendente, la superación por lo alto, tanto a nivel del individio como del Estado.

Fue admirador de filósofos como Nietzsche, Michelstädter y Otto Weininger, y en el periodo de entreguerras participó en los movimientos artisticos de vanguardia, especialmente en el dadaísmo, aunque también en el futurismo. Posteriormente comenzó a interesarse por el esoterismo y el mundo de la tradición, y fundó el denominado grupo de UR. Posteriormente, en 1934, escribiría la que es su obra cumbre, “Rebelión contra el mundo”, dividida en 2 partes: una en la que expone sus ideas sobre el mundo de la tradición, y otra en la que analiza el devenir del hombre, desde los orígenes hasta el mundo actual, el cual considera el periodo de máxima decadencia, y que, de acuerdo a su concepción de historia cíclica, estaría agotando el último ciclo para pasar de nuevo a otra edad dorada.

Evoca tomó como referencia doctrinas y religiones tradicionales tanto occidentales como orientales. Entre las primeras cabe destacar las sagas vikingas, mitología germánica y céltica, y especialmente, el imperio romano. Respecto al cristianismo, y tras una hostilidad inicial con la publicación de “imperialismo pagano”, moderó sus posturas y admiró algunas de sus partes o periodos históricos, como el cristianismo medieval. En cuanto a Oriente, toma como referencia principalmente el Hinduismo y las corrientes no prostituidas del Budismo, así como alguna corriente islámica, como el Sunnismo.

Evola vivió las 2 guerras mundiales, en la primera fue oficial de artillería, y en la segunda, pese a no participar en ella, fue herido y perdió sus 2 piernas durante un bombardeo aliado en Viena. Durante el periodo de entreguerras, pese a no militar en ningún partido ni asociación política, siguió de cerca el fascismo, doctrina en la cual veía reflejados algunos de sus conceptos sobre la tradición. Intentó influir en el mismo con algunas de sus publicaciones, contando con el apoyo de Mussolini, pero se enfrentó a otro sectores del fascismo, lo cual le impidió ejercer la influencia que él hubiese deseado.

Tras la guerra publica “Orientaciones”, pequeño texto que sirve de resumen de toda su doctrina y visión del mundo de la tradición, y el cual provocó una gran polémica en una Italia sumida en un proceso de “desfascistación”. Posteriormente vendrían otras 2 de sus grandes obras, “Cabalgar el Tigre” y “Los hombres y las ruinas”, en las cuales se dirige a los hombres que “permanecen en pié sobre un mundo en ruinas” y les orienta sobre como guiarse y no dejarse arrastrar en un mundo moderno que no es el suyo.

Otras obras importantes fueron: El mito de la Sangre, Metafísica del Sexo, La Tradición Hermética, La Doctrina del Despertar (dedicada al Budismo), El Camino del Cinabrio,

Negrita
La infinidad de hombres sobre la tierra desierta de luz, reducidos a mera cantidad -solamente a cantidad-, convertidos en iguales en su identidad material como partes dependientes de un mecanismo abandonado a sí mismo, dejado en el vacío sin que nadie pueda hacer nada... esta es la tendencia que está en el fondo de la dirección económico-industrialista que triunfa en todo Occidente. Y quien siente que ésta es la muerte de la vida y el advenimiento de las leyes de la materia, el triunfo de un hecho tanto más terrible en tanto que ya no existe mas persona, sin que pueda considerarse más que un remedio: destrozar el juego del oro, superar el fetiche de la sociedad y las leyes de la interdependencia, restaurar los valores aristocráticos, los valores de la cualidad, la diferencia, el heroismo, el sentido de la realidad metafísica a la que hoy todo resulta contrario.

Imperialismo pagano (1928)

"La sociedad moderna se presenta precisamente como un organismo que desde el tipo humano ha pasado al subhumano, en el cual toda actividad y toda reacción es determinada por las necesidades y las tendencias de la pura vida corporal. Sus principios dominantes corresponden exactamente a la parte animal y orgánico-vital de las jerarquías tradicionales -mercaderes y siervos-: el oro y el trabajo. Tal como se han orientado las cosas, estos dos elementos van a condicionar casi sin excepción toda posibilidad de la vida para forjarse ideologías y mitos, mediante los cuales resultaría más clara la profundidad de la moderna perversión de todos los valores".

Revuelta contra el mundo moderno (1934)

"Lo que sigue concierne únicamente al hombre que, comprometido en el mundo actual y para el cual la vida moderna está más allá del punto problemático y paroxístico, no pertenece interiormente a este mundo y se siente, por su esencia, miembro de una raza diferente a aquella de la mayor parte de los hombres de hoy en día."

Cabalgar el tigre




"Puede constatarse esta singular inversión: la antigua humanidad ha sido acusada de ser "mítica", es decir de haber vivido y actuado subyacendo a simples complejos fantásticos e irracionales. La verdad es, sin embargo, que nunca ha existido una humanidad "mítica" en sentido negativo, salvo, ciertamente, la humanidad contemporánea, que vive de aquellas grandes palabras escritas con mayúscula -empezando por Pueblo, Progreso, Humanidad, Sociedad, Libertad y tantas otras que han suscitado increíbles movimientos de masas y que conduce a una parálisis de toda capacidad de juicio lúcido y de crítica en el individuo, con las consecuencias más desastrosas- todas estas palabras presentan hoy el carácter de mitos, si bien, mejor sería caracterizarlos como "fábulas", por que etimológicamente "fábula", derivada de HACER, significa lo que corresponde a un simple hablar, es decir, palabras vacías. Esto es el nivel sobre el cual se encuentra la considerada humanidad evolucionada e iluminada de nuestros día".

El Arco y la Clava

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