jueves, 22 de enero de 2009

¡Buenas noches señoras y señores, bienvenidos al gran espectáculo del GRAN CIRCO MUNDIAL, en el podrán disfrutar del desfile de investidura del presidente “puesto” Barack Obama!. Conciertos, miles de policías, cientos de cadenas de TV, todo el elenco de payasos holliwodienses, desfiles, la mujer barbuda, el FBI, el hombre elefante, la CIA, el vampiro de Wall Street, la NASA, percusionistas, bailarinas y miles de ciudadanos embobados...

Así podría haber comenzado la investidura del nuevo presidente estadounidense en su ceremonia de toma de posesión. Todo era un gran circo televisivo y televisado en directo para todo el mundo con la única intención de vendernos su realidad distorsionada. Un circo que ha costado una millonada en estos tiempos de “crisis” y eso que Obama es la panacea mundial y viene con la paz , la felicidad y la receta contra su crisis mundial bajo el brazo. Al menos eso, es lo que el y la maquinaria propagandística estadounidense va vendiendo por el mundo. Pero quién crea que algo va a cambiar, tiene un problema. Las ceremonias relativas a la toma de posesión del presidente costaron más de 170 millones de dólares.

Su país atraviesa la peor recesión desde la Gran Depresión de 1929, pero vampiros acaudalados e instituciones parasitarias gubernamentales destinaron dicha suma a la gala. Más tarde habrá que devolver estos favores y los de quienes ayudaron a la candidatura de Obama para auparse como presidente. La investidura presidencial propiamente costó 1,24 millones de dólares, sin embargo, son la seguridad y actividades colaterales lo que encarecen la cartera monetaria del procedimiento.

Entre los más importantes donantes de Obama destacan vampiros de Wall Street, donde el sector de las finanzas está bien representado y tuvo los mejores asientos en la ceremonia de concesión. Lo que nos da una idea de quienes realmente han colocado este candidato en el despacho oval.

Más de 42 mil policías, soldados y miembros de otros cuerpos de seguridad fueron desplegados en la capital para la toma de posesión, el control fue absoluto y podríamos decir que los allí presentes eran poco menos que marionetas controladas por cientos de ojos vigilantes. Este contingente constaba con 500 soldados, 10 mil guardias nacionales y 25 mil agentes del orden público de varias instituciones. Entre estos últimos participaron miembros del Servicio Secreto, la Policía, el FBI, el departamento de Bomberos, y de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia. La policía cortó todas las calles en un radio de unos dos kilómetros alrededor del National Mall. No está nada mal para un espectáculo televisivo como este.

El show comenzó el día anterior con conciertos –también televisados- de los apoyos mediáticos de Obama, a los que por supuesto también tendrá que devolver favores, tanto monetarios como de imagen. Aunque ya de por si, estos con un concierto como el que ofrecieron ya consiguieron la imagen de libertadores mundiales que buscaban. Continúo al día siguiente con los discursos, la misa y el resto de parafernalia de manipulación televisiva, incluido un gran desfile digno de la típica llegada peliculera americana del circo a la ciudad. Y después prosiguió con otra última gira televisiva por diferentes “saraos” donde Obama se marco unos bailecitos con diferentes personajes de la vida pública americana y militares, así como busco la foto con tullidos, deficientes y todo lo que estuviera delante de una cámara de televisión, cuanto más marginal mejor.

Pero esta sombría ceremonia traspaso fronteras y llevo la peor parte a Kenia –País de procedencia del padre de Obama- donde la cervecería 'Senador' ofreció para la investidura de Obama una nueva cerveza de nombre 'Presidente', que se fabricó en honor del recién estrenado presidente de EEUU. La asunción del poder fue transmitida por todas las emisoras de radio y televisión importantes del país. En Kisumu, en el oeste de Kenia miles de personas siguieron la transmisión pública de tan magno avance de la humanidad en un estadio deportivo. En el cercano Kakamega unas 50.000 personas festejaron la investidura del primer presidente estadounidense con raíces africanas por lo más alto. Lo malo de todo esto es que realmente piensan que Obama va a cambiar sus malogradas vidas, claro ejemplo de la manipulación que sufrimos, más arraigada si cabe en estos países hundidos en la miseria capitalista.

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