jueves, 29 de enero de 2009

Como todos sabemos, el mundo se encuentra sumido en una grave crisis. Uno de los países que peor lo está pasando es Islandia, es más, posiblemente sea el país capitalista que más está sufriendo las consecuencias de ésta "desaceleración" como diría alguno. Llama más la atención que sea precisamente en Islandia donde más daño esta haciendo la crisis capitalista, una pequeña isla con una densidad de población muy pequeña, y que tendría los medios para ser semi-autárquica por ella misma, debido tanto a su gran industria pesquera, como sobre todo al gran excedente energético que poseen debido a su condición de isla volcánica. Hasta hace poco Islandia poseía una de las economías más prosperas del planeta, concretamente era la sexta nación más rica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

¿A qué se debe ésta caída? Recordemos que su moneda se ha devaluado un 25 %, el mercado de valores un 40% y otros indicadores, como por ejemplo, la venta de coches, han caído hasta un 30 %, mientras que la inflación se ha disparado hasta casi el 14%.

Las causas las tenemos que buscar, una vez más, en nuestros amigos los vampiros. Y es que los bancos, inversores y especuladores varios se lanzaron a una loca carrera por buscar el dólar rápido y fácil, aprovechando el buen estado de su economía. Además, se sirvieron de unos tipos de interés realmente bajos para proseguir su enfermiza carrera por el lucro instantáneo, creando una burbuja financiera y bursátil mayor que en el resto de países capitalistas.

Hasta ahí todo iba bien, pero ahora, con el planeta sumido en plena "desaceleración", toda esa estructura de pseudo-riqueza instantánea construida sobre cimientos de barro se ha venido abajo de un soplo. En cuanto empezó la crisis, todos los inversores corrieron rápido a los bancos a sacar su dinero, empujando a todo el sistema bancario a una espiral que ha llevado al país a un estado prácticamente ruinoso. También, a diferencia de otros países como EE.UU. con sus famosos planes de rescate, en Islandia no se ha podido realizar nada similar debido a la ausencia de fondos tanto por parte del gobierno como del banco central, por lo que nada ha podido detener el hundimiento del sistema bancario.

Ahora, la única esperanza a corto plazo para Islandia es conseguir créditos extranjeros que ayuden a taponar un poco el agujero creado, especialmente de Rusia y los países escandinavos. Es de resaltar también el comportamiento de algunos países, como Reino Unido, que aplicando el viejo lema del "sálvese quién pueda" no ha dudado incluso en declarar una crisis diplomática con Islandia para intentar no verse afectado por su crisis. Es curioso ver como cuando todo va bien, vampiros y políticos independientemente de su procedencia, son amigos y se ayudan mutuamente en su afán de "progreso", y sin embargo, en cuanto las cosas se ponen cuesta arriba… "¡¡marica el último!!".

La conclusión que se puede sacar es: Si esto ha pasado en Islandia, país que como hemos dicho reúne todos los requisitos para ser uno de los más prósperos del mundo… ¿hay alguien que esté a salvo? Para nosotros está claro. Nadie está a salvo del vendaval capitalista, allí donde pone sus manos todo queda arrasado. Hoy le ha tocado el turno a Islandia, los demás estamos en lista de espera.

Mientras tanto, los jóvenes islandeses continúan y aumentan la intensidad de sus protestas, que ya se han convertido en las más graves acaecidas en el país desde que en 1949 el pueblo mostrara su rechazo al ingreso en la OTAN.

Hace unos días Geir Haarde –el ya ex-primer ministro islandés-, fue recibido con una lluvia de bolas de nieve y huevos a la salida de su oficina en el centro de Reykiavik y tuvo que acudir escoltado por la policía a su coche oficial, algo poco común en este y otros países escandinavos. Las manifestaciones comenzaron coincidiendo con el inicio de las sesiones del parlamento. En un principio se trataba de protestas pacíficas, pero fueron subiendo de tono mientras se reclamaba la dimisión del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones. Continuaron, días después, con el lanzamiento de rollos de papel higiénico y zapatos contra el edificio del parlamento; hoy en día se despide a los políticos a la salida del parlamento con huevos y piedras y la policía ha llegado a usar gas pimienta contra los manifestantes para impedir su entrada al edificio. Algunos de los presentes en las manifestaciones, asfixiados y saturados por la situación, llegaron a prender fuego a un árbol de navidad instalado en una plaza frente al parlamento, así como varios bancos y diverso mobiliario urbano.

Cabe destacar que, como de costumbre, estás manifestaciones están siendo manipuladas y politizadas por el mismo sector de siempre que, como paso en Grecia, acaban haciendo de unas movilizaciones llenas de rabia legitima, una absurda cruzada anti-policial y de violencia descontrolada. Dejan ver de nuevo que no hay una verdadera corriente anti-capitalista que pueda hacer frente al sistema.

Desde HormigaNoConforme apoyamos las movilizaciones de la juventud islandesa, pero como apuntamos en el caso de Grecia, está rabia justa debe ser dirigida hacia los verdaderos creadores de los problemas que el capitalismo y sus lacayos están causando en el planeta y no politizada para convertirse en una disparatada busqueda de futuros réditos, posiblemente de corte electoral.

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