Pensaba en Gaza, y sentí la inmensa humedad que llega del Mediterráneo, como ahoga. Pensé en Gaza, y creí ver una tierra fértil, plagada de huertos y árboles frutales, como sus limoneros. En como los niños son felices a pesar de todo, pueden jugar pese a esa asfixia, pese a la incertidumbre de sus días, en su tierra.
La realidad fue superior de nuevo. De nuevo implacable. Y ese páramo verde en medio del desierto, y ese nido donde la infancia sonríe a lo imposible; ardió de nuevo.
Pienso ahora en horas de bombardeo, en el pánico, el sufrimiento y la desesperación, en la impotencia. En Palestina. Cientos de muertos, miles de lágrimas, millones de almas en vilo.
Y enfrente, al otro lado del mar, consumo y silencio, cinismo y sangre fría; egoísmo.
Me duele ver que la gente calle y mire, como se dice, al otro lado ese de siempre; me duele ver la impunidad de que se valen los tanques y los fusiles. Me duele sentir que no seré capaz, por más que llore o me lamente, de parar esa masacre.
Solo una cosa me hizo sentir bien: ver la reacción de mis hormigas compañeras, ver su voluntad inmediata de solidarizarse con ese pueblo hermano y olvidado, como el palestino. Sonó la voz de alarma en el hormiguero, y comenzó el trabajo, que esperemos no cese.
Por la tarde mostrar nuestra disposición a colaborar en todas las muestras de solidaridad con la causa. Por la noche reunión urgente y decisión de actuar: encierro, preparación de material… hasta tarde, campaña de pintadas de repulsa, en los alrededores de la embajada ensangrentada de Israel. Y a primera hora, a protestar frente a esta, para dejar bien claro nuestra posición frente al democrático exterminio de palestinos, y el interesado silencio de Occidente. Y gritar por la defensa de la justa lucha e inexcusable resistencia del pueblo palestino.
Hoy como ayer, seguimos solidarizándonos con todas las víctimas de los crueles y viles ataques israelíes. Hoy como ayer prometemos y damos nuestra palabra de seguir trabajando y aportando, a esta noble causa. Y expresamos desde nuestro colectivo, que ojala no tengamos que reunirnos, que mostrar nuestras condolencias a las asociaciones palestinas, que protestar; siendo motivo de que no se repitan los cobardes ataques del Estado terrorista de Israel, de que el mundo entero se levantará firme contra el miserable e ilegal estado sionista y toda su terrible maquinaria de guerra; de que el fuerte y valeroso pueblo palestino triunfe en todas sus pretensiones y ambiciones, de que la Intifada venza. De ver a Palestina Libre. De que Gaza soporte, resista y expulse a los agresores, y mucho más que eso; que las lágrimas y muertos, se transformen en un día claro donde se note la pesada brisa mediterránea, florezcan los limoneros y sus niños jueguen sin pensar en comida, agua potable, en bombas, muerte… sino solo en reír y soñar.
Pero mientras tanto, en Madrid como en Gaza, Intifada.
Hormiguízate y Lucha. No te Conformes.
La realidad fue superior de nuevo. De nuevo implacable. Y ese páramo verde en medio del desierto, y ese nido donde la infancia sonríe a lo imposible; ardió de nuevo.
Pienso ahora en horas de bombardeo, en el pánico, el sufrimiento y la desesperación, en la impotencia. En Palestina. Cientos de muertos, miles de lágrimas, millones de almas en vilo.
Y enfrente, al otro lado del mar, consumo y silencio, cinismo y sangre fría; egoísmo.
Me duele ver que la gente calle y mire, como se dice, al otro lado ese de siempre; me duele ver la impunidad de que se valen los tanques y los fusiles. Me duele sentir que no seré capaz, por más que llore o me lamente, de parar esa masacre.
Solo una cosa me hizo sentir bien: ver la reacción de mis hormigas compañeras, ver su voluntad inmediata de solidarizarse con ese pueblo hermano y olvidado, como el palestino. Sonó la voz de alarma en el hormiguero, y comenzó el trabajo, que esperemos no cese.
Por la tarde mostrar nuestra disposición a colaborar en todas las muestras de solidaridad con la causa. Por la noche reunión urgente y decisión de actuar: encierro, preparación de material… hasta tarde, campaña de pintadas de repulsa, en los alrededores de la embajada ensangrentada de Israel. Y a primera hora, a protestar frente a esta, para dejar bien claro nuestra posición frente al democrático exterminio de palestinos, y el interesado silencio de Occidente. Y gritar por la defensa de la justa lucha e inexcusable resistencia del pueblo palestino.
Hoy como ayer, seguimos solidarizándonos con todas las víctimas de los crueles y viles ataques israelíes. Hoy como ayer prometemos y damos nuestra palabra de seguir trabajando y aportando, a esta noble causa. Y expresamos desde nuestro colectivo, que ojala no tengamos que reunirnos, que mostrar nuestras condolencias a las asociaciones palestinas, que protestar; siendo motivo de que no se repitan los cobardes ataques del Estado terrorista de Israel, de que el mundo entero se levantará firme contra el miserable e ilegal estado sionista y toda su terrible maquinaria de guerra; de que el fuerte y valeroso pueblo palestino triunfe en todas sus pretensiones y ambiciones, de que la Intifada venza. De ver a Palestina Libre. De que Gaza soporte, resista y expulse a los agresores, y mucho más que eso; que las lágrimas y muertos, se transformen en un día claro donde se note la pesada brisa mediterránea, florezcan los limoneros y sus niños jueguen sin pensar en comida, agua potable, en bombas, muerte… sino solo en reír y soñar.
Pero mientras tanto, en Madrid como en Gaza, Intifada.
Hormiguízate y Lucha. No te Conformes.
HormigaAtómica
Soy el mismo de la entrada anterior. Igual que antes era "crítico" ahora os felicito sinceramente por tan atractiva campaña.
ResponderEliminarEnhorabuena por la inmediatez de la campaña. Según llegabas a Velázquez las únicas pintadas que se veían eran las vuestras.
ResponderEliminargracias a ambos
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