miércoles, 24 de diciembre de 2008


Desde hace más de 2 semanas, en Grecia se están viviendo disturbios diarios. El motivo, la muerte de un joven durante una protesta debido a un disparo de la policía. Sin duda es comprensible la ira y la rabia con la que miles de jóvenes están demostrando su malestar por lo acontecido, y más cuando parece que la hipótesis barajada de que fue una bala rebotada la que mató al joven parece no ser cierta. Y aún así, es demasiado grave que un policía antidisturbios, el cual lleva un equipo para poder repeler cualquier situación comprometida sin sufrir apenas daño, dispare un arma de fuego delante de una multitud. Por ello, es comprensible la respuesta de cierto sector de la juventud ante tal despropósito. Más aún viendo la actitud de algunos policías después de los hechos, donde incluso se han vuelto a ver a policías desenvainando su arma reglamentaria, hecho el cual no creo que pueda ser más provocador.

Esto nos recuerda la muerte de Gabrielle Sandri. El joven casual seguidor del equipo Italiano SS Lazio que murió también a manos de un policía en una estación de servicio Italiana y que también provoco incidentes –aunque menores que estos- en la capital de Italia, con asaltos a comisarías e incidentes varios.

También hay que tener en cuenta la hartura general de la gente, ya que Grecia es uno de los países donde más duro está golpeando la crisis. Sin duda bastaba una pequeña chispa para que la gente saliese a la calle, y no para hacer amigos precisamente.

Sin embargo, a día de hoy debemos preguntarnos: ¿todo eso ha servido para algo? La respuesta de la primera o primeras noches era lógica y entendible por gran parte de la población. Sin embargo, tras más de 2 semanas de violencia sin control los medios del sistema tienen la excusa perfecta para criminalizar las protestas y encubrir el trasfondo real. Ahora la conclusión de la prensa (y por tanto de la opinión pública, tan libre pensante ella) es de que los que han salido a la calle son unos violentos que no tienen nada mejor que hacer que romper cosas porque sí, (que no quita que es lo que muchos sean realmente), mientras el hecho del atentado policial, las manifestaciones masivas y pacíficas, la huelga general que se convocó durante las protestas, las legítimas reivindicaciones de muchos trabajadores hastiados ante la crisis que sufre el país y la falta de soluciones, etc., todo ello ha quedado eclipsado por los incidentes.

Y es que esta multitud no ha sabido encauzar su rabia hacia objetivos concretos y prácticos. Las revueltas se han quedado en una mera cruzada antipolicial en lugar de abrir un frente auténticamente antisistema; se ha continuado haciendo uso de la violencia cuando hechos que necesitaban una mayor repercusión, como la huelga, se han producido; junto con bancos y McDonalds han sido asaltados y calcinados comercios normales, de gente obrera, lo cual ha alimentado esa sensación de violencia por violencia; como en otras ocasiones ha habido una excesiva politización …

En resumen, se ha notado la falta de un movimiento capaz de canalizar toda esa rabia justa, rabia provocada tanto por el hecho concreto del asesinato como la acumulada por la falta de perspectivas de la juventud ante el mundo que nos imponen. Y ese problema es extrapolable a España. ¿Hay alternativa para el descontento cada vez mayor de la gente? ¿Hay alguien fuera de los partidos políticos, sindicatos y demás chupasangres en quién la gente explotada y ninguneada pueda apoyarse? Por desgracia, creo que todos sabemos la respuesta.

Por ello, desde HormigaNoConforme apoyamos y entendemos a la juventud griega y nos gustaría que todos estos incidentes se repitieran en todas las ciudades del planeta, pero con nuestra rabia dirigida hacia los creadores de los verdaderos problemas. Para acabar con el sistema dominante y opresor que, además de dividirnos en absurdas izquierdas y derechas, está haciendo que los jóvenes no tengamos ninguna ilusión por el futuro que nos espera.

¡GUERRA!


HormigaAlada

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