miércoles, 11 de marzo de 2009

Al mencionar al Grupo de los Ocho se hace referencia no sólo al Grupo de las naciones más industrializadas que tienen poder en cuanto al sistema económico internacional y que deciden el devenir de la humanidad bajo oscuros intereses, sino también a su peculiaridad como Institución y a las críticas que le han rodeado desde el momento de su creación.

El G7 nació como consecuencia de una ruptura en la economía internacional, hacia la década de los setenta. En un primer momento, los ministros de finanzas de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón comenzaron a reunirse a iniciativa del entonces secretario del tesoro estadounidense George Shultz. Estas reuniones comenzaron en marzo de 1973 y tomaron lugar en la biblioteca de la casa blanca, de ahí que el grupo fuera llamado “The Library Group”. Posteriormente, durante la cumbre anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que tuvo lugar en Nairobi, el grupo de los cinco -G5- fue instaurado formalmente.

La cumbre de Rambouillet, Francia, llevada a cabo del 15 al 17 de noviembre de 1975, marcó la entrada de Italia al grupo y, posteriormente, durante la cumbre de San Juan, Puerto Rico, en 1976, Canadá se unió, formando el Grupo de los Siete -G7-.

Hay que destacar que la entrada del miembro más reciente –Rusia- se hizo de manera “paulatina” y hasta cierto punto encubierta, por la poca reputación de las finanzas rusas. Ésta comenzó en la cumbre de Nápoles de 1994 y, a partir de entonces este país fue invitado a cada cumbre que se llevo a cabo. Finalmente, Rusia se integró de manera formal al Grupo de los ocho -G8- en la cumbre de Birmingham en 1998.

Anualmente este grupo de 8 que especula con nuestro futuro y el del resto de la humanidad se reúne en lugar del mundo. Este año a pesar de la crisis económica que actualmente asola el mundo, parece que no tendrá efectos en la reunión, todo lo contrario.

La cumbre internacional de este año tendrá lugar el próximo mes de Julio en una pequeña isla llamada Magdalena, situada muy cerca de la turística Cerdeña. Lo más llamativo es que los representantes invitados a dicha reunión -entre los que se encuentran, además de los miembros del G8, seis nuevos países: India, China, Sudáfrica, Brasil, México y Egipto- tendrán la desvergüenza de alojarse y de llegar hasta la zona en un crucero de lujo, el MSC Fantasía, considerado como el de mayor tamaño construido por un armador europeo. Un hecho que, sin duda, nos muestra de nuevo la triste realidad… la crisis la sufrimos tú y yo.

La isla, habitada desde la Prehistoria, alberga en su interior un Parque Nacional, ya que es un importante refugio de vida silvestre. De gran valor estratégico por su posición, la isla ha recibido la visita de ilustres personajes como Napoleón Bonaparte, el Almirante Nelson y Giuseppe Garibaldi, aunque eso, obviamente, no es lo más sorprendente en la reunión de las personas más poderosas del planeta.

El crucero, esta considerado como el barco de mayor tamaño construido en Europa. Los datos no dejan lugar a la imaginación: pesa 133.500 toneladas, tiene 333 metros de eslora, 60 metros de altura y más de 27.000 metros cuadrados dedicados al ocio y el tiempo libre de sus 4.000 pasajeros.

Entre reuniones, comidas –si, de ambas- y conferencias de prensa, los representantes del G8 podrán disfrutar de sus lujosas e innovadoras instalaciones rematadas con materiales de primera calidad, tejidos exclusivos... también tiene un teatro, cinco restaurantes, un bar, así como piscinas interiores y exteriores.

Aunque se desconoce aún que lugar del crucero ocuparán los miembros del G8, todo indica, dada la gran preocupación social y económica que envuelve esta cumbre, que lo haran en la zona vip conocida como Yacht Club. Se trata de un área formada por un total de 99 suites decoradas siguiendo el estilo del yate si bien se han forrado sus paredes ni más ni menos que con cristales Swarovski y el cuarto de baño realizado con el mejor mármol y con muebles de cristal Murano. Lo que nos da un pequeño dato de cómo los políticos continúan dando ejemplo de austeridad al conjunto de los ciudadanos.

Otro de los temas que más preocupan en las reuniones del G8 es la seguridad. Probablemente esta sea la razón por la que para la cumbre de este año y a sabiendas de la situación en la que nos encontramos, para evitar sucesos como los acaecidos en Génova, hayan decidido hacer la reunión en medio del mar en un pequeña Isla.

El aumento de las medidas de seguridad en las manifestaciones que se realizan desde finales de los años 80 en todas las reuniones a sido evidente y más desde la muerte de Carlo Giulanni. Sin ir más lejos, el año pasado en la ciudad japonesa de Sapporo las medidas de seguridad rozaron la locura.

Durante la cumbre, más de 20.000 policías aseguraron el dispositivo represivo en Tokio, a más de 800 kilómetros del lugar de la cumbre. Según la policía, Tokio era también un “campo de batalla importante” porque durante la cumbre G8 en Gran Bretaña, en las protestas antiglobalización en el primer día de reuniones los activistas lograron llegar hasta la segunda valla del recinto del Hotel Gleneagles y hubo al menos 400 detenidos.

Los planes de “seguridad” se ejecutaron en Tokio. El dispositivo represivo estaba a la vista en cada esquina en distritos famosos tales como Ginza, Shinjuku e Ikebukuro, y varios puntos de comprobación de vehículos fueron fijados a lo largo de cada carretera principal en y alrededor del capital.

Lo que queremos es dejar una impresión de severidad y seguridad terminante, para disuadir a terroristas y a atacantes potenciales” dijeron funcionarios de la policía. Hasta ahora, la “seguridad terminante” sólo se ha aplicado a los manifestantes anti-G8.

A partir del 7 de julio, el primer día de la cumbre de tres días, el metro cerró todas las máquinas de venta de billetes con monedas en sus instalaciones en prevención de posibles atentados con bomba.

Queda claro que quienes juegan con nuestras vidas y manejan el mundo temen algo…




¿De qué hablaran en esas reuiones?

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