sábado, 7 de febrero de 2009

Los antecedentes de La Bauhaus se remontan al siglo XIX. Comienzan con las devastadoras consecuencias de la creciente industrialización que, como ya contábamos en el artículo sobre el modernismo, tuvo sus consecuencias en las condiciones de vida y en la producción de los artesanos y la clase obrera. El escritor John Ruskin desde Inglaterra, fue uno de los primeros en observar críticamente la situación que él quería mejorar mediante reformas sociales y renunciando al trabajo con máquinas. Por ello él y sus seguidores aseguraban que, debían ser inventados de nuevo cada silla, cada mesa, cada cama…

Siguiendo el modelo inglés. Se fundaron por toda Alemania pequeños talleres privados que producían de una manera artesanal muebles, utensilios y productos de metal. Una de ellas se interesó por incorporar Arquitectura entre sus enseñanzas, y pensaron en Walter Gropius como director de la misma, arquitecto revolucionario que en 1917 hablo de “la urgencia de un cambio de frente intelectual” y fue a Berlín para tomar parte en las subversiones.

1919, primera república alemana, este es el año en el que en Weismar, aparece la primera escuela de la modernidad, la Bauhaus, cuyo director era Gropius. Esta escuela es la institución madre del sentimiento moderno, donde los profesores son más importantes que los alumnos, aquí se consolida el movimiento moderno que parte de la “sezession” sobretodo de las ideas de sus pintores, pasa por el expresionismo y llega hasta la abstracción.

El primer edificio que acoge la escuela es el construido por Walter Gropius. Tras la edición del Manifiesto de La Bauhaus donde se exponían todos los principios y objetivos, ingresan los primeros alumnos, un total de 150, compuesto por mitad de alumnos hombres y mitad mujeres. Poco a poco los mejores artistas y arquitectos del momento, comienzan a interesarse por la escuela y acuden a la misma como profesores, en este primer periodo destacan J. Itten, Paul Klee , O. Schlemmer y W. Kandinsky consiguiendo así Gropius, reunir a un importante grupo de artistas en la escuela.

En La Bauhaus, existían distintos talleres, pintura, escultura, arquitectura y urbanismo, teatro, mobiliario, gimnasia, tratamiento de materiales, diseño, y artes gráficas.
Este primer periodo, destaca también la labor que desempeña el Holandes Teo Van Doesburg, el cual da el paso definitivo del expresionismo a la abstracción, interesándose menos por el objeto perfilado y más por el reflejo y expresión que este expresa.

La Bauhaus comenzaba a ser admirada desde distintos puntos del país, recibiendo invitaciones para el traslado de la escuela a otras ciudades, la oferta de Dassau resultó atractiva para Gropius, dando la oportunidad de traducir en la construcción de la nueva Bauhaus, los progresos obtenidos a lo largo de los distintos cursos.

En 1925 comienzan el traslado a la nueva ciudad con un nuevo desarrollo arquitectónico del entorno de la escuela. Cerca de este complejo, Gropius desarrolla un conjunto de casas para profesores con un blanco impoluto en fachadas y enormes vidrieras que permitían la entrada de luz a todas las zonas estanciales. En el programa de este nuevo periodo, a parte de los talleres desarrollados en Weimar ,se introduce la fotografía. El reconocimiento de la escuela iba creciendo, sus diseños de mobiliario y cartelería eran seguidos desde todos los rincones del mundo, siendo referentes de modernidad.

En 1928 Gropius presentó su dimisión como director, alegando que ya la escuela tenía unos fuertes cimientos y era hora de dar nuevas oportunidades, para el puesto propuso a H. Meyer, arquitecto suizo que aceptó el relevo.

Meyer tenía grandes compromisos políticos y buscaba el equilibrio entre el capitalismo y el socialismo, y partiendo de sus ideales, comenzó una reforma inmediata de la estructura interna, buscando que el resultado de los distintos talleres fueran más consecuentes con las necesidades populares, quería relacionar la ciencia y la biología con las actividades realizadas. Es este periodo los criterios sociales y científicos llegaron a ser decisivos para el proceso creador, desaparecen las soluciones estéticas, los productos resultantes son necesarios, precisos y neutrales. Finalmente Meyer fue cesado en agosto de 1930.

El tercer y último director de la Bauhaus fue L. Mies van der Rohe, uno de los destacados arquitectos vanguardistas alemanes. Mies introdujo duros e importantes cambios en la escuela, uno de ellos era suprimir la producción en los talleres y que lo que se crearan en ellos fueran para producción industrial, eliminando la posibilidad de cada alumno de promocionar sus productos de una manera directa y poder tener unos ingresos extras, en vacaciones, se debían realizar prácticas de lo estudiado en la escuela…

Mies trasladó la escuela a Berlín, donde poco a poco la fue orientando sobretodo a la arquitectura y la convirtió en una escuela privada. Finalmente en 1933 Mies presentó el estado financiero y político existente y propuso disolver la Bauhaus, a lo que el resto de profesores aceptaron.

La Bauhaus es en todo el mundo un concepto, incluso un tópico, debido sobretodo al diseño que a ella se remonta, el diseño se ha popularizado como “estilo La Bauhaus”. Sus profesores han adquirido fama legendaria, los conceptos de reformas pedagógicas acogidas en la escuela, fueron adoptados internacionalmente. La Bauhaus en sus escasos catorce años de vida, dio un cambio total al concepto de modernidad, creando nuevos conceptos y obras, y soportando críticas constantes de su extrema modernidad, de la sobriedad de su arquitectura, de lo colorista de sus carteles, de la descomposición de sus esculturas, del retoque de las imágenes obtenidas de sus fotografías…

Con todo esto, es un ejemplo a seguir por su ruptura total con los estereotipos estandarizados, ignorando las llevadas de manos a la cabeza, consiguieron la creación de obras totalmente inéditas en aquellos tiempos que siguen hasta nuestros días, como los flexos, la utilización del acero en el mobiliario (sillas, mesas abatibles..,), en arquitectura la creación de cubiertas planas, fachadas con acabados blancos y grandes vidrieras… en la actualidad, construcciones muy similares son de lo más puntero. En definitiva, un sin fin de nuevas creaciones que son consideradas como “modernas” 70 años después.

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